martes, 22 de enero de 2008

SECUESTRADOR SALE DE PENAL COMO SU CASA

Por la puerta principal de la cárcel, aprovechando la aglomeración de las visitas a la hora de salida, un recluso que cumplía condena de 30 años por secuestro, violación y hurto agravado escapó el pasado domingo del penal Miguel Castro Castro de Canto Grande. Para no despertar sospechas, el reo se hizo pasar por una persona que lo había ido a visitar y que había dejado un DNI en la puerta de ingreso. Para colmo, los agentes del Instituto Nacional Penitenciario (INPE) --entidad que desde el 18 de octubre del 2007 asumió el control de esa prisión-- dejaron ir inexplicablemente a la persona a la cual el fugitivo había suplantado. El interno prófugo es Óscar Rafael Gil Rettes (32), quien ocupaba una celda del pabellón 5-B. El jefe del INPE, Gustavo Carrión Zavala, confirmó ayer la fuga del recluso y dijo que el mismo domingo había enviado a un equipo de Asuntos Internos a la prisión. "Hemos iniciado un proceso administrativo, aparte de la investigación fiscal, para determinar responsabilidades", señaló Carrión. Ayer por la tarde, el INPE y el Ministerio de Justicia difundieron comunicados en los que informaban que se había separado ya a cinco trabajadores directamente involucrados en la fuga. También se investigan a otros diez empleados por haber participado de forma indirecta en el incidente. DEJARON DNISegún el INPE, el grupo a cargo del control del ingreso y de la salida de las visitas decidió, sin consultar a la dirección de la prisión, que los familiares dejaran solo su DNI para ingresar y firmaran un padrón al salir. Lo usual es que, a cambio del DNI, los agentes entreguen a las visitas una ficha metálica, que se debe devolver a la salida. Los agentes que tenían el control eran nuevos y con poca experiencia, se informó.

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