PRESENTAN LIBRO DE ORLANDO VELÁSQUEZ

TRUJILLO (PERÚ) Los muertos vuelven a vivir en el Perú, señala el antropólogo social Orlando Velásquez Benites en su último libro “Cosmovisión de la muerte” que será presentado este viernes 1º de febrero (7.30 p.m.) en el Paraninfo Institucional de la Universidad Nacional de Trujillo, con la presencia del vicerrector académico Juan Muro Morey y el decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Santiago Uceda Castillo. El libro tiene además el premio de llevarnos al rincón íntimo de la muerte, con las reacciones de la familia, y en verdad Orlando Velásquez ha hecho un retrato muy privilegiado de la visión de la muerte en el norte del Perú, pues el autor es piurano de nacimiento. “Es por eso que su estudio de la región piurana tiene el sabor cercano de quien está hablando de algo que conoce muy bien”, ha dicho el conocido estudioso peruano y docente de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Luis Millones. Agrega que el texto está escrito con cariño, y los informantes se muestran abiertos al diálogo, porque su relación con el profesor universitario no tiene distancias. Rescata en especial ese tono del autor al relatar la muerte de los niños. El mismo Orlando Velásquez nos explica que este libro es fruto de una investigación donde se muestrean diferentes regiones del país para rescatar la tradición cultural acerca de la muerte y los muertos, que tiene como fin tratar de revalorar la cultura viva de la sociedad peruana, aquella tradición cultural que no muere, que es viva y forma parte de la identidad de nuestros pueblos. A partir de esa premisa -sostiene- se pretende rescatar para el mundo andino la muerte como uno de los legados que tiene la antropología en el Perú. Es decir cómo los muertos, que conforman el ámbito social y cultural de la comunidad, vuelve a vivir en el seno de la tradición cultural de la gente. “El muerto sigue influyendo en la vida y en el futuro de las personas. Ese padre, ese hijo, que va a formar parte de la tradición multicultural de la comunidad y que específicamente se convierte en el Dios familiar de ese grupo humano, llega a convertirse en el intermediario directo ante el Ser Supremo”, anota Velásquez Benites.