miércoles, 16 de julio de 2008

VECINOS TRANSFORMAN TERRAL EN ÁREA VERDE

Trujillo. El esfuerzo de un grupo de moradores de la IV etapa de urbanización Santa María por querer cambiar el entorno urbano de su sector hoy tiene sus frutos. Ellos ahora pueden disfrutar los beneficios de contar con un mejor y mas agradable ambiente vecinal tras convertir en áreas verdes lo que había sido por años un lote baldío donde se arrojaba basura y desmonte. Ahora, ellos formaron un nuevo ecosistema, incluso las aves se detienen en el lugar y animan a anidar en las ramas de los árboles sembrados con mucho cariño. Los pajarillos ensayan sus alegres gorjeos y trinos para felicidad de las familias del lugar y de quienes transitan por allí. Esta nueva área verde incorporada a la ciudad, de aproximadamente 6000 metros cuadrados, está ubicada en la intersección de las calles Ayar Ucchu y González Prada, frente al parque Garcilazo de la Vega, y se constituye en un ejemplo que ojalá otros vecinos sigan. Este esfuerzo ha sido acompañado por la Municipalidad Provincial de Trujillo, entendiendo que "la unión hace la fuerza". A través del Servicio de Gestión Ambiental (SEGAT) se apoya decididamente a los ciudadanos que quieren hacer de su ciudad un mejor lugar para vivir. Por disposición del alcalde César Acuña Peralta, la ayuda llega mediante la entrega de plantones, plantas ornamentales o de césped. También se apoya con el tratamiento del terreno, sembrado y riego. Debe entenderse que la ciudad tiene aproximadamente 290 parques, sin incluir bermas centrales y laterales, y hay que atender todo, dijo el jefe de Áreas Verdes del Segat, Hans Villanueva. Años atrás el lote antes citado estaba en estado de abandono, eso ocasionaba múltiples molestias a los vecinos. Al desconocerse su propiedad, aunque algunos vecinos sostienen que es aporte de la urbanizadora para áreas verdes, constantemente lo llenabas de basura, desmonte e incluso era punto de reunión para jóvenes drogadictos. Esto obligó a que unas 20 familias moradoras del sector se reunieran, se organizarán y finalmente pusieran de acuerdo para transformarlo en un nuevo parque, evitando que se llenara de ratas y otros animales y que se convierta en un foco infeccioso. Con participación decidida de los vecinos, los que debieron poner la mano de obra o aportar económicamente para el pago de jardineros, poco a poco se fue logrando el cambio que aspiraban. La moradora Emperatriz Arias de Gutiérrez recuerda que este lugar incluso quiso ser invadido por una constructora. También quisieron instalar una cochera, pero nunca demostraron ser propietarios del terreno. "Nos tuvimos que poner fuertes para que no sea invadido", dijo.
Junto al vecino Javier Araujo Contreras se anima a señalar que algunas personas querían que allí se haga un local comunal. Eso implicaría más gastos por eso finalmente nos decidimos en hacer un parque, aseguraron.

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